Origen: es originario de Australia y uno de los aceites esenciales favoritos tanto en aromaterapia como en cosmética, debido a sus múltiples usos tanto para la piel, como para la salud. Pero es importante no confundir la esencia con el aceite esencial, ya que el primero sólo aporta su aroma, mientras que el segundo posee más propiedades.
Propiedades: es uno de los mejores antisépticos y antivirales naturales que existen, elimina bacterias, hongos y cualquier virus en la piel, además tiene propiedades regenerantes y favorece la oxigenación celular. Por tanto es ideal para tratar el acné y otros problemas causados por hongos como la candidiasis oral, halitosis (en enjuague bucal), candidiasis vaginal, cistitis, hemorroides, etc.
Combina con: bergamota, lavanda, ciprés, limón, pimienta, cedro, naranja, nerolí, mirra y jengibre.
Cantidad recomendada: de 0,5 a 1% para cremas y lociones; 4% para jabones de proceso en frío y de 2 a 3% en jabones de glicerina.
Precauciones: no se le conoce ningún tipo de toxicidad, ni efectos secundarios, no irrita la piel, por lo que no conlleva ningún riesgo para la salud. Almacenar en envases oscuros y en un lugar seco, fresco y protegido de la luz.
N.I. (Natural Idéntico): Los productos denominados “Aceites naturales idénticos” son mezcla de Aceite Esencial 100% puro y natural, y una reconstitución del propio aceite con materias primas sintéticas y naturales. El producto acabado es similar al Aceite Esencial con la ventaja de una normalización o estandarización de su calidad, amortiguando las diferencias entre lotes que pudieran surgir de diferentes cosechas, localización geográfica de la planta, etc.